La curiosa historia de Ahmad Ibn Fadhlan ibn al-Abbās ibn Rāšid ibn Hammād, un embajador y cronista islámico, que emprendió un largo viaje enviado por el califa Abasí de Bagdad al-Muqtadir a la iltäbär con el fin de representarlo ante el rey de los búlgaros (Alto Volga) para que este rinda homenaje, en el año 921 y que terminó cuando la comitiva fue atacada y apresada por guerreros nórdicos (Vikingos) a los que él llamó los rus, es una de esos acontecimientos que nos dan una visualización de primera mano, acerca de la vida diaria de un pueblo, en este caso de los Vikingos.
Ahmad Ibn Fadhlan
Durante siglos se conoció una versión incompleta del manuscrito, siendo traducida por primera vez en 1823, cuando el científico ruso, CM Frahn, tradujo el texto del árabe al alemán. En 1923 se encontró el manuscrito completo gracias al trabajo del sabio turco Zeki validi Togan en la biblioteca de la ciudad iraní de Mashhad. El manuscrito con el número MS 5229 data del siglo 13 y consta de 420 páginas, dentro de él se encuentran además otros tratados geográficos.
En el manuscrito se narra que el objetivo de la embajada era que el rey rinda homenaje al califa al-Muqtadir y, a cambio, este daría dinero para solventar la construcción de una fortaleza y una mezquita. Ahmad Ibn Fadhlan llegó a su destino en Bolgar, pero fracasó en su misión. La embajada había partido de Bagdad el 21 de junio del año 921, alcanzó los Bulghars después de mucha dificultad el 12 de mayo del 922.
El viaje de Ibn Fadhlan incluye narraciones de los intercambios comerciales entre los Bolgars Volga y las tribus finesas locales, pero principalmente habla acerca de los rus, Vikingos. Los Vikingos son presentados como comerciantes y guerreros, los describe como hombres altos, de cuerpos más perfectos, de cabello rubio y piel rojiza. Los nórdicos, según indica, están tatuados desde las «uñas hasta el cuello» con «patrones» de plantas de color marrón o verde oscuro y figuras, todos los hombres van armados con un hacha y un cuchillo largo.
Con respecto a la limpieza, Ibn Fadhlan indica que eran sucios, sin embargo se peinaban el cabello todos los días, los considera en este aspecto vulgares y poco sofisticados.
Barco Vikingo
Una de las descripciones más interesantes, que sin duda a servido como base para la serie Vikings (que ya va en su cuarta temporada), es su descripción del funeral de un jefe nórdico, Ibn Fadhlan nos narra su experiencia: «Cuando supe que uno de sus líderes había muerto, quise verlo con mis propios ojos. Primero lo dejaron en su tumba (…) por espacio de diez días, hasta que hubieron terminado sus ropas fúnebres (…) Juntaron sus bienes y los dividieron en tres partes: La primera para su familia, la segunda se gastó en las ropas y la tercera se uso para comprar bebidas que servirían para el día en que se queme a una muchacha para que muera con su amo». La práctica del sacrificio humano voluntario por parte de los Vikingos quedá confirmada gracias a este cronista, él al respecto agrega: «Cuando uno de sus jefes muere, su familia pregunta a sus chicas y pajes: ¿Quién de vosotros morirá con él? Uno responderá: Yo; desde el momento en que pronuncia esas palabras, ya no puede dar marcha atrás. Habitualmente, es una de las chicas la que se ofrece voluntaria”.
El musulmán también describe detalladamente como se lleva a cabo el ritual Vikingo del «entierro» con las siguientes palabras: «Trajeron un sillón, lo colocaron en el barco y lo cubrieron con ropas doradas y acolchadas con almohadas del mismo material. Entonces vino una mujer a la que llamaban Ángel de la muerte, y dispuso objetos sobre el sillón. Era ella quien debía matar a la joven voluntaria; luego sacaron al muerto de su tumba y lo vistieron. El difunto estaba así en el barco montado en el sillón, apoyándolo en las almohadas, el barco se lena de bebidas, frutas y hierbas, todo junto a él. (…) Mientras tanto la chica (…) entró en una de las tiendas que había allí, donde varios hombres acudieron a la tienda para acostarse con ella, diciendo: Dile a tu maestro que esto lo hacemos por amor hacia ti. Finalmente la muchacha era sacrificada en el barco, los hombres golpean sus escudos y los familiares del difunto prenden fuego al barco por los cuatro costados…».
A su regreso a Bagdad, Ibn Fadhlan escribió un relato de su viaje, aunque una parte del mismo (la final) donde narra su regreso, se ha perdido. El manuscrito original de esta crónica se encuentra actualmente en la Universidad de Oslo en Noruega.