Animales en la guerra (Parte 1)

Te contaremos cómo los diferentes animales tuvieron participación directa o indirecta en conflictos armados que se desarrollaron en distintas partes del mundo a lo largo del tiempo. Es un artículo que además de informar pretende llevarnos a la reflexión. ¿Hasta qué punto es bueno usar animales -los cuales no cuentan con la capacidad de elección- en guerras (que en la mayoría de los casos, además, van directo al fracaso)?

Palomas en la guerra
Palomas en la guerra

La utilización de animales en la Segunda Guerra Mundial se extendió más allá de los ejércitos montados en camellos, elefantes o caballos. Uno de los animales que más protagonismo tuvo fueron las palomas. Varias investigaciones que se habían realizado en esa época demostraban que las palomas tenían la capacidad de memorizar muchas imágenes y que al presentárseles una serie de fotografías se les podía enseñar a picotear un sector determinado de cada una de ellas. En el año 1940, el psicólogo conductista B.F. Skinner se propuso aprovechar este descubrimiento para mejorar la precisión de las bombas que se empleaban en la aviación de Estados Unidos. Para poder concretar su idea construyó cámaras donde las palomas, al observar una fotografía aérea eran premiadas si picoteaban determinadas zonas. El siguiente paso consistió en colocar un ave en el extremo transparente de un artefacto explosivo. El animal vería el emplazamiento que le era familiar y empezaría a darle picotazos. El plan era traducir dichas señales. Skinner estuvo cinco años ensayando su sistema, pero no pudo convencer a los altos mandos para ponerlo en práctica.

Además de en este proyecto, las palomas tuvieron la oportunidad de participar en una gran variedad de tareas. Los nazis, sin ir más lejos, les ataban unas pequeñas cámaras a su cuerpo y mediante ellas obtenían imágenes a lo largo de la Línea Maginot, conjunto de defensas construido por Francia para resistir los posibles ataques alemanes luego de la Primera Guerra Mundial.

La Gestapo -policía secreta de Hitler- también uso a las pobres palomitas. Al empezar la guerra ya habían 50.000 palomas que estaban en condiciones de entrar en acción. Por su parte, el gobierno de Estados Unidos en el año 1941 estableció una subdivisión del cuerpo de comunicaciones llamada Servicio de Palomas del Ejército. Llegaron a emplearse hasta en los submarinos para no revelar su posición; los propios aviones antisubmarinos a veces soltaban palomas que llevaban información para su base.

Pero las palomas no eran las únicas aves que la pasaban mal. Los ingleses entrenaron a 20 halcones que fueron asignados a la RAF (las fuerzas aéreas británicas). El grupo de halcones se denomino Grupo de Intercepción Numero 2.

Los murciélagos, por su parte, fueron adiestrados como bombarderos. Luego del ataque a Pearl Harbor en el año 1941, los estadounidenses pensaron la forma de cómo vengarse de Japón. Dentro de ese contexto apareció Lytle Adams. Durante unas visitas que había realizado a las cuevas de murciélagos de Nuevo México pensó que si uno los soltara desde un avión con pequeñas bombas atadas a sus pechos provocaría un excelente bombardeo. Llevó la idea a la Casa Blanca en donde extrañamente fue aceptada. Luego de experimentar con la idea, y después de dos años de investigación se hizo un ensayo en Carlsbad (Nuevo México). Lo graciosamente triste fue que en esa oportunidad los mamíferos empezaron a volar en todas las direcciones menos en las deseadas. Obviamente el proyecto se descartó y nadie habló más del bochornoso tema.

Más información

En la revista Muy Interesante Argentina (Número 278) se puede encontrar mucha información de interés relacionada.

Imagen: publico.es

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