Viviendas celtas

Las casas se ubicaban dentro de las aldeas y se agrupaban de acuerdo con el parentesco que tenían sus ocupantes. Alrededor de ellas se construían cúmulos de tierra que ayudaban a frenar los fuertes vientos que tenían la zona. Este tipo de defensa era muy útil ya que los materiales con los que se edificaban las casas eran, por lo general, muy frágiles.

Vivienda Celta
Vivienda Celta

Los celtas casi no tenían mobiliario y los utensilio de cocina eran muy pocos. Los alimentos que ellos utilizaban se almacenaban en pequeñas y precarias construcciones en los laterales de las casas.

Las casas celtas mostraban una completa falta de muebles y carecían de divisiones para las habitaciones. Toda la vida se realizaba en un mismo y amplio ambiente. Un montículo de tierra, junto a una de las paredes internas de la vivienda cumplía la función de gran mesada.

El fuego era un elemento esencial para la cocina y la calefacción de las casas, se lo ubicaba en el centro, donde un círculo de piedra indicaba el lugar en donde se la ubicaría. Las ollas eran colocadas a sus alrededores.

El piso de las viviendas era la propia tierra, la misma se encontraba aplanada y libre de piedras. A la hora de dormir lo hacían sobre calidad pieles.

Los alimentos almacenados eran puestos sobre plataformas elevadas para evitar que la humedad del piso los afectara.

Las paredes de las casas celtas se encontraban construidas con materiales que se encontraban en la zona. En algunos lugares eran de piedras, pero en otros eran varillas entrelazadas que eran recubiertas con barro.

Sus animales, principalmente caballos, cerdos y ovejas, deambulaban por alrededor de la casa. Todos eran muy importantes en la economía de la comunidad.

Imagen de una vivienda celta

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