Las curiosas jeringas marinas

Una de las criaturas más curiosas y extraña del mundo marino es sin duda la conocida como “jeringa marina”, su nombre verdadero es ascidias, se parecen más a las plantas que a los animales, y adquieren diferentes formas en distintas etapas de su vida. Pueden hallarse principalmente en las zonas portuarias del mundo y en más cantidad en la bahía de San Francisco, Cheseapeake y Manhattan.

Clasificadas bajo la denominación de urochordata o tunicadas, estos animales en su versión adulta, son una especia de bolsas de células vivientes. Tienen dos aperturas: una por la que absorben el agua, y otra por la que la desechan. De esa forma, cuando el agua ingresa a su organismo, hacen una especie de proceso de “colado”, separando lo que es alimento de lo que no lo es, proceso muy similar al que desarrollan las esponjas.

El curioso sistema digestivo de las ascidias podría ayudar a explicar por qué se forman las piedras renales. Una especie tiene un saco en el cual aparecen piedras renales en donde microbios denominados nefromicefios viven alrededor y comen las piedras, luego una bacteria que flota dentro de los nefromicelios digiere las piedras.

Las jeringas marinas pueden vivir a escasa profundidad, cerca de la costa, o flotar libremente en alta mar.

Estos animales tienen órganos reproductivos masculinos y femeninos, aunque algunos son fertilizados por otros miembros de la especie. Se reproducen de las dos formas. Una vez los huevos son liberados y fertilizados por una ascidia, se convierten en seres parecidos a renacuajos, con una cola y un cordón espinal. Posteriormente se aferran a una superficie lisa, se comen sus propias colas y adquieren el aspecto de una bolsa.

Las jeringas marinas también pueden reproducirse haciendo surgir pequeñas proyecciones que «arraigan» y crecen hasta asumir su configuración adulta.

Actualmente son útiles para le medicina, debido a últimas investigaciones que han determinado que estos animales poseen un producto químico: el ecteinascidin 743, que podría ser empleado como droga anticancerosa.

Fuenteeste artículo está basado en uno original escrito por Bill Pitzer y Earle Holland para el The New York Times News Service /Syndication

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