Cultura Mochica

Esta civilización estuvo conformada por agricultores, pescadores y guerreros. Su principal centro de desarrollo se encontraba en los valles de Chicana, Moche y Virú. Según algunos investigadores el poder que tenia la cultura Mochica se extendió en una región que comprendía 6.600 km2.
El hallazgo de la tumba del Señor de Sipán marco un punto muy importante de referencia en el estudio de esta civilización. También fueron hallados muchos objetos en perfecto estado que permitieron el estudio de sus costumbres.

Señor de Sipán
Señor de Sipán

Existieron diferentes pruebas arqueológicas que demostraron que los mochicas eran una sociedad con una importante presencia militar. Formaron unidades guerreras que se ocupaban de patrullar el territorio, estas fuerzas se encontraban fuertemente armadas con lanzadores de dardos y mazas, a su vez se protegían con pequeños escudos. La fuerza militar de la cultura Mochica invadió diferentes islas y costas.

La pesca fue una de las principales actividades económicas, a través de ella las personas se podían alimentar. Los mochicas construyeron embarcaciones atando varias haces de tallos de totora, y por la forma que consiguieron estas balsas se las denominaron “caballitos de mar”. Los mochicas también se ocuparon de fabricar otras embarcaciones con maderos. Cuando en ellas viajaba una persona importante varias personas tiraban su barca mientras nadaban.

En el año 1987 se encontraron las tumbas reales del Señor de Sipán. Eso se convirtió en un hallazgo de muchísima importancia para la arqueología americana. Hasta esa fecha nunca antes se había encontrado con un conjunto de tesoros tan ricos y conservados en tan buenas condiciones. Los ataúdes, ropas y atributos se encontraron sin tener rastros de depredaciones.
Este importante descubrimiento nos dio la posibilidad de conocer el esplendor de vida que llevaba un gobernante y guerrero durante el siglo III en el Perú, además nos enseño mucho acerca de sus cultos funerarios.

Por el alto rango jerárquico el Señor de Sipán fue enterrado junto con ocho personas, incluido un niño. También se encontraron en su tumba restos de un perro y dos llamas que lo acompañaron hasta su última morada.

Los mochicas ponían a sus muertos en una posición horizontal con los brazos extendidos a los largo del cuerpo. El ataúd era de forma rectangular y por lo general era construido con cañas.
El ataúd del gobernante era casi tres veces más grande, para que en él se pudieran contener los atributos reales.
Pectorales narigueras, orejeras y otros elementos elaborados en plata y oro mostraban que el difunto había sido gobernante principal.

Imagen del Señor de Sipán

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